A propósito del reciente post de nuestra colaboradora Larissa Chirinos (5 Hábitos recomendables mientras estudias música), recordé que a menudo me preguntan acerca de cuáles son los ejercicios y repertorio adecuados para determinado momento del aprendizaje musical. Recordé tener el mismo cuestionamiento en mi etapa de estudiante y, gracias a los estupendos maestros que tuve, entendí que más allá del contenido musical que decidamos utilizar, la manera en la que enfocamos nuestro estudio será la que determine los resultados alcanzados.
¿Te ha sucedido que pasas horas estudiando ejercicios de técnica sin ningún resultado y algún compañero que realiza los mismos ejercicios alcanza resultados distintos? ¿Acaso no es el mismo contenido? ¿Por qué los resultados son tan diferentes?
He aquí el epicentro de la cuestión: la manera en la que abordan el estudio es distinta. Aunque este aspecto resulta importante no vamos a sugerir que exista una sola forma de estudiar ya que no todos aprendemos de igual manera. Lo que sí podemos establecer, a manera de guía general, es una serie de consejos que te permitirá personalizar de manera efectiva tus rutinas de estudio:
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El Nivel
Tener claro en que etapa del dominio de tu instrumento te encuentras es lo primero. No porque debas limitarte a ejercicios y repertorio del mismo, sino para que puedas establecer con claridad los objetivos de aprendizaje y los siguientes pasos a dar. Es válido escoger obras más complejas o sencillas para estudiar siempre y cuando se sepa el propósito de aprendizaje que se busca. Esto puede evitar frustraciones tempranas que podrían surgir al no cubrir las expectativas que teníamos.
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La Pertinencia
Parece obvio, pero si en determinado momento se desea, por ejemplo, dominar los arpegios, el estudio de escalas o articulaciones no sea lo más adecuado. En otro sentido, instrumentos similares no son lo mismo y a menudo requieren de técnicas y enfoques diferentes. Por ejemplo un guitarrista flamenco debe realizar una preparación muy distinta a uno de blues o de guitarra clásica. Este punto tiene una íntima relación al estilo de música al cual uno desea dedicarse.
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El Momento
No todas las personas tienen el mismo reloj biológico; incluso una misma persona puede variar dicho reloj en el tiempo. Algunas personas se sienten con mayor capacidad de concentración temprano por las mañanas, otras sin embargo poseemos un mayor grado de actividad física y mental por las noches. Recuerdo un periodo largo, en mi época de estudiante, en el que me era muy fácil estudiar de 9 de la noche hasta las 3 o 4 de la mañana. Nota: Desaconsejamos este horario para percusionistas, trompetistas y todos los bronces en general, a menos que residan lejos de la civilización.
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La Rutina
En el mejor sentido del término, es nuestro mejor aliado para aprender de manera efectiva. Entiéndase como una serie de actividades de aprendizaje a las cuales se les asigna tiempos específicos en un orden establecido. Rutina es orden, orden es rítmo y nuestro organismo completo es rítmico. Por ello la repetición ordenada de nuestras actividades por lo general nos dará los mejores frutos.
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El Método
Es decir la manera de abordar toda la sesión de estudio. Por regla general empezaremos realizando un estiramiento corporal de leve intensidad, seguido de los ejercicios de técnica que realicemos como calentamiento. Luego distribuimos los temas de nuestro repertorio con una lógica en la cual le designamos mayor tiempo de estudio a las obras o pasajes más complejos y menor tiempo a los más sencillos. Es un error muy común entusiasmarse interpretando lo que «nos sale bien» y dejar de lado lo que nos causa problemas. Intenta hacer lo contrario: dedícale más tiempo a lo más complejo de tu repertorio y estúdialo ¡¡LENTO!!. Al respecto recuerdo 2 frases de uno de mis maestros: «Mientras más rápido quieras llegar a tocar, más lento debes estudiar» y «Cuando creas que ya estás estudiando lento ten por seguro que aún está muy rápido, ve más LENTO aún». Nunca podré agradecer lo suficiente estos dos consejos. Es conveniente cerrar la sesión de estudio refrescando manos y brazos y si estudiaste varias horas podrías aplicarte algún aceite para masajes.
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Ten Paciencia
Este punto deviene del anterior. Aunque algunas personas aprendan un poco más rápido que otras, todas aprenden y toma TIEMPO. Los logros no se dan de la noche a la mañana, debes saber que para que suenes tan bien como ese músico que tanto admiras vas a recorrer un largo camino. No te desesperes por querer hacer todo de una sola vez, tómate tu tiempo, estudia mucho y disfruta el viaje.
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Sé Perseverante
No te desanimes nunca. Estudia, repite, aprende de tus errores, trabaja en corregirlos, continúa; el camino no es sencillo pero es transitable. Tomará tiempo y esfuerzo pero llegarás a donde te propongas.
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Ten un Ritual propio
Tranquilo, no es nada místico ni mágico. Con la cantidad de distracciones con las que contamos en la actualidad empezar a estudiar puede ser lo más complicado de lograr. Por ello desarrollar una ruta personal que nos permita entrar en un estado de concentracion resulta de gran ayuda. Algunas personas con caminar 15 minutos por la calle y tomarse un buen café ya se encuentran listas, otras requieren de escuchar un poco de música o de tocar uma obra de su músico favorito. En fin, puede ser cualquier cosa que te guste, te haga sentir bien y te prepare el ánimo para tu jornada de estudio.
Estudiar algún instrumento musical puede llegar a ser muy frustrante si uno se siente atascado en su avance. Por ello hemos querido brindarte estos consejos para que logres personalizar tu forma de aprender y disfrutes el camino que conduce hacia tus sueños y metas.
Cuéntanos: ¿Tú cómo estudias?